El día que las cosas cambiaron, no lo podía creer, incluso apuesto lo que sea a que todo el mundo cambio, o tal vez me acostumbre tanto a mi vida, que esta ya me parece un tanto inusual, no quiero ser pesimista pero no me esta gustando nada esto…
Si!!!... recuerdo el cantar de los pájaros, incluso recuerdo que miraba por la ventana para tratar de verlos, también, el aroma de mi mama cuando me abrazaba después de regresar de la escuela, incluso… cuando un simple columpio del parque me hacia la mujer mas feliz de todas.
¿Entonces? ¿Que paso? Cuando comencé a ser la mujer dura, sin sentimientos, probablemente sin ilusiones, o que simplemente no sabe en realidad lo que es vivir?, cuando las cosas pequeñas de la vida, que eran las que en verdad me hacían feliz dejaron de importarme?
La respuesta creo que es clara y meramente sencilla… Crecí y deje de mirar a mi alrededor para entrar en la llamada “rutina de gente grande” esa en la que pareciera que los seres humanos no tenemos sentimientos, que ni siquiera nos queremos a nosotros mismos, la que sin lugar a dudas solo me ha traído problemas y malos entendidos, muchas han sido las causas, motivos, razones, pero solo yo se que la vida no se compone de eso, se que ahí algo mas, por eso el muy mentado “amor” para la “gente madura” no funciona porque han dejado sin querer los sueños por un lado, en mi opinión, se han dejado simplemente llevar por la rutina, por creer que una relación es “como todas”… 2 personas, intereses en común, buena comunicación y confianza, a eso le llamamos hoy en día la pareja perfecta; pero yo corregí el error.
Estoy de acuerdo que la gente cambia, si yo misma lo hice no veo porque los demás no lo harían, pero hoy, Si mi Alegría Lograra que yo pudiera Ver Algo en el interior, de las personas la Daria toda, sin importarme nada solo por Observar un poco de algunos Renuentes corazones.
Pero hoy he hecho un gran cambio, y no precisamente de rutina sino que fue algo tan sencillo que asta yo misma me he sorprendido, pero la verdad, es que es algo tan simple que siento que pocos lo pudieran encontrar, sencillamente empecé a soñar y no precisamente como una pequeña niña, con cuentos de hadas, princesas y castillos enormes con príncipes azules; comencé a soñar como mujer, para ver las cosas de diferente manera, de una manera un tanto inocente, que solo se que de niña la tuve, volví a aprender y a sentir todas aquellas cosas, que de mi infancia había abandonado, ahora si tengo mis metas claras y muy bien marcadas y se que soñando, imaginado voy a llegar a ellas y me dará mas satisfacción como ninguna otra, porque saber que lo que hice lo hice con el corazón, y no va a tener ningún limite, y se que la “rutina de gente grande” no me obligara jamás a ser como ella quiere.
¿Vale la pena tener esas “metas claras” y perder aquellas cosas que te hacían feliz?
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