Llego otro momento para
respirar, para recordar que aun tengo sensibilidad en la piel, que aun siento
las caricias, los abrazos, que siento como el aire entra a mis pulmones sin
pedir permiso solo para mantenerme aquí... viva.
Y nuevamente te encontré en aquella
banca del parque, no ha pasado un solo día desde que llamaste mi atención que
no estés ahí, callado, siempre con un libro en la mano, eso si, cada semana uno
de distinto color y grosor, y siempre solitario, sin compañía alguna, en ratos
meditando y mirando la gente pasar, en otro momento suspirando en que o en
quien, no se, lo que se es que nunca te has percatado de mi presencia, no se si
es tanta tu vanidad que oportunamente me has dejado dibujarte en varias de mis
hojas en blanco, en ocasiones he tenido que tomarte una que otra fotografía muy
despistadamente, solo para seguir admirando ese gesto que tenia tu rostro en
determinado momento de tus lecturas, y poder plasmarlo una vez mas en una nueva
hoja en blanco, como si todos los días construyera una nueva historia de ti,
como si todos los días fueras un personaje distinto, siempre tomando el papel
del libro que leías, nunca supe de que se trataban tus libros, pero sabia que
con cada nueva historia te adentrabas mas y mas en ellos y era tal tu concentración
que se te pasaban las horas en esa banca del parque, incluso llegaba a irme y
tu aun estabas ahí.
Tampoco sabia tu nombre de
hecho ni siquiera puedo imaginarlo, moriría por saberlo pero me temblaban las
piernas solo de pensarme caminando hacia tu lado y una vez ahí frente a ti,
preguntartelo, algún día lo sabría, por lo pronto solo eras el protagonista
principal de cada hoja en blanco de mi libreta.
Llego un momento que no
calcule y creo que ese día lo comencé con el pie izquierdo, pero estaba contenta
por lo menos algo había salido bien, había llegado mas temprano que tu, para
asegurarme de poder dibujarte un poco mas cerca, pero siempre conservándome
discreta para que no pudieras verme ni darte cuenta de mi presencia como en
muchas ocasiones anteriores, espere un buen tiempo, pero por primera vez
fallaste a nuestra cita, no llegaste he incluso mi libreta de dibujo tampoco
estaba en mi mochila, ese día todo salió mal.
No pude encontrar mi libreta,
todos los dibujos de ti se fueron en ella y tu nunca mas volviste a acudir al
parque, ahora era yo la que no faltaba un solo día solo con la esperanza
de volverte a ver, miraba y dibujaba hermosos paisajes de gente con sus hijos o
personas mayores que alimentaban a las palomas, que ansiosas se amontonaban a
sus pies, me quede solo con aquellas fotografías que a escondidas llegue a
tomarte de esos gestos tan interesantes que formaban parte de ti.
Te fui conociendo en cada
pagina en blanco, construí historias maravillosas y sin saber tu nombre, no
tenias porque irte... y menos así, sin dejarme sentar en esa misma banca que
tu, sin conocer aquellas historias que leías y con las que fantaseabas te
fuiste así como llegaste, tan inesperado y sin darme la oportunidad de existir
dentro de tu entorno.
No he faltado ni un solo día,
siempre aguardando a que regresaras y tomaras ese lugar ya común para ti, y tu
ya no regresaste, no dejo de pensarte, ¿será entonces que no te volveré a ver?,
es muy triste imaginarlo pero es algo cierto que creo… no podré evitar, tendré
simplemente que resignarme y buscar otra inspiración, lo admito será difícil,
pero espero encontrar otro momento para respirar, otro momento para volverte a
encontrar y prometo esta vez acercarme, preguntarte tu nombre y conocer junto
contigo esas historias fantásticas con las que suspirabas y vivas cada
personaje que en ellas te encontrabas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario